Esta tarde ha tenido lugar en el Ateneo de Valencia la XXXVII edición del Ciclo Poetas en el Ateneo que dirige el gran poeta valenciano Vicente Barberá Albalat. Y tenía mucho interés en estar allí porque hoy iba de invitado José Antonio Olmedo López-Amor al que conozco desde mi vuelta al Ateneo tras mi silencio literario y ateneísta.
He llegado un poco tarde, apenas unos minutos y el acto había dado comienzo aunque mi querido Roger Swanzy me ha comentado que en realidad acababa de empezar, así que he deducido que no ha habido un presentador del poeta como en otras ocasiones (no hace falta, porque José Antonio casi no necesita presentación porque trabaja tanto, hace tanto, que todos conocemos más o menos su obra y no es cuestión de ponerlo todo aquí porque no acabaría nunca, finalista de los premios de la Crítica literaria valenciana con su libro El pájaro a la rama y Actos Sucesivos, premio internacional de poesía del Ateneo valenciano por poner dos ejemplos, ambos libros publicados por la editorial que dirige Toni Alcolea, Olélibros, nos pueden dar una idea) y justo cuando me sentaba ha aparecido en la pantalla la primera fotografía con la que nos ha ido contando cosas de su vida personal.
Como estaban todos sentados he entrado y, como me imaginaba, estaban todos mis queridos amigos poetas y más, había muchísima gente a la que no conocía. Qué alegría verlos a todos tras el verano, qué delicia que estemos todos, y además más tranquilos por esto de la pandemia que parece que se aleja aunque las medidas de seguridad han sido las mismas que al principio. Lógicamente no he podido pararme porque ya estaban atendiendo a Vicente que les explicaba que se iban a pasar unas fotografías de la vida de José Antonio y que él nos iría explicando cada una de ellas, pero disimuladamente he ido chocando el puño como se hace ahora con los que iba viendo al pasar por su lado y saludando con la mano a los que iba viendo de lejos. Ricardo Bellveser ha sido al primero que he saludado, por cierto, qué genial es, a mí es que estas cosas me gustan mucho. Lo digo porque antes de empezar a recitar uno de los poemas de José Antonio ha hecho un inciso elegantísimo a cuenta del gran Borges. Hablaba de los premios Nobel y comentaba que el poeta no perdió nada por no tener un Nobel, pero que los premios Nobel dejaron de tener un gran poeta, bueno, lo ha dicho mejor, pero más que nada por resumir, y ha enlazado diciendo que el libro El pájaro a la Rama se quedó finalista de los premios de la Crítica literaria valenciana y que con esto ha pasado como con Borges, para no extenderme. Porque El pájaro a la Rama se merecía haber ganado el premio de ensayo de los premios valencianos (luego José Antonio nos ha contado que tardó cinco años en escribirlo por la cantidad de documentación que hubo de reunir para escribirlo) ya que es un estudio sobre poesía valenciana escrita en castellano, algo que no se había hecho nunca.
Volviendo al acto, las fotografías nos han ido mostrando la vida de José Antonio que nos ha dicho que nació en Valencia aunque debió haber nacido en Rocafort, pero que su madre se puso de parto y la trajeron aquí para dar a luz, que tiene cuarenta y cuatro años, que está casado y que no tiene hijos. Gran parte de ellas han sido fotografías relacionadas con la poesía desde sus comienzos. Poetas y más poetas, eventos, premios, fotos a la salida de una presentación, dentro, incluso tocando el piano porque es una de sus aficiones. Reuniones sobre todo de amigos. Gregorio López es uno de ellos, es su hermano de letras y para José Antonio Gregorio lo es de él. Son coeditores de la estupendísima revista Crátera que elaboran con un cuidado exquisito no solo por su contenido sino también por la edición.
Y así hemos llegado a una especie de conversación que han entablado los dos poetas. Vicente le iba preguntando cosas y él iba respondiendo. Temas muy variados desde la poesía moderna a la que apoya, como yo, y que ha comentado de forma muy respetuosa, decía que tiene su expansión sobre todo en redes sociales y que hay que apoyarla, Vicente le ha dicho que encabece algún grupo de poetas jóvenes y él ha dicho que prefiere ayudar desde la sombra. También se ha hablado de la poesía que no se entiende, me encanta ese tema; ha dicho que tiene que haber de todo y que si no se entiende quizá le quede algo dentro al lector, que va dirigida a un determinado tipo de lectores. A la pregunta de Vicente: ¿Pero esa poesía vende? José Antonio le ha respondido: nada. Y yo he pensado que a perder, el editor.
Luego le ha preguntado algo que ha preguntado a los treinta y siete poetas que han pasado ya por el Ciclo de Poetas en el Ateneo. ¿Qué es poesía? (Muchos nos hemos acordado de Bécquer al leer la pregunta, cuánto me gusta y qué poquito se le nombra, esta tarde mismo le decía a una querida amiga poeta que a veces hay mucha envidia, quizá sea por eso, bueno, o que ese tipo de poesía solo interesa a la gente no poeta que no entiende de poesía pero sí de sentimientos que hacen vibrar al leer). José Antonio ha dicho que poesía para cada uno es una cosa, que no sabría dar una definición de lo que es la poesía, lógico.
También se ha hablado de los novísimos y del lenguaje, de César Vallejo, de la poesía de los poetas innovadores, decía José Antonio que le interesa mucho el estudio de la palabra, y yo pensaba que a veces se confunde eso con otras cosas que no tienen nada que ver, que a veces se inventan palabras que ni se entienden ni tienen sentido ni le dan sentido a lo que se escribe; también se ha hablado de los Haikus, de la equivocación de los poetas que dicen que escriben haikus y ni son haikus ni son nada, solo poemitas de cinco siete y cinco versos. Que para escribir un haiku se ha de estar en contacto con esa filosofía de vida como lo estuvo él, y es cierto, yo he leído muchos haikus llenos de metáforas y eso que en poemas tan cortos casi no caben.
Entre preguntas y comentarios han ido saliendo a leer sus poemas algunos de los poetas presentes como Ricardo Bellveser como ya he comentado antes, por cierto, cuánto me ha gustado verle, Gregorio Muelas, Blas Muñoz, mi querido maestro del Aula de poesía, que ha leído de forma magistral, María Ángeles López, Félix Molina, Carla Juarez, no sé si me dejo a alguien. En el público también estaban mis queridas Blanca Villanueva y Vicky, tan estupendas, Roger Swanzy, Juan Luis Bedins, Elena Torres, Francisco Marín, Francisco Cejudo, Sergio Arlandis y muchos más a los que no me he parado a saludar porque tenía mucha prisa, también habrían personas a las que no he reconocido por la mascarilla. Y estaba mi querido fotógrafo José Luis Vila haciendo alguna que otra fotografía, qué bien que estábamos todos.
Podría estar todo el día contando cosas pero reconozco que me alargo excesivamente, el vídeo del acto estará en la web del Ateneo, supongo, en unos días por si a alguien le interesa verlo.
Y después Vicente le ha hecho esas preguntas tan personales que a veces les resulta tan difícil contestar a algunos de los invitados. José Antonio prefiere la paella al gazpacho manchego. Le gustan las mujeres morenas y con los ojos oscuros. Destaca de Valencia la gastronomía, prefiere las vacaciones en la montaña y prefiere un aria de ópera a un pasodoble. Ah, y que no le gusta recitar. Me dejo alguna pregunta, lo sé.
La parte de recitados lo ha terminado una poeta estupenda, perdón, no me acuerdo de su nombre, leyendo el poema final de díptico que se edita para cada la ocasión, un poema cortito pero precioso y después José Antonio nos ha leído algunos poemas de sus libros, divinos todos.
Vicente Bosch, el encargado de área de cultura del Ateneo nos ha agradecido nuestra asistencia al acto y nos ha asegurado que seguirán trabajando por y para la cultura valenciana, me encanta cuando lo dice, la promoción de la cultura es fundamental.
He intentado resumir la tarde para dar una idea de lo que ha sido el acto pero lo bonito es vivirlo en directo así que yo os invito a todos a que acudáis a estos eventos culturales donde reina un ambiente amistoso y cultural tan especial. Gracias por leerme. Hasta la próxima.
Magda Villarroya. Escritora y poeta.