Espectacular segunda conferencia ofrecida por Rosa Pujol, presidenta de la Asociación Española de Egiptología, del Ciclo El Antiguo Egipto. En esta ponencia nos habló sobre Amarna y su legado artítico. En el Imperio Nuevo en Egipto, tras el reinado de Amenofis III se produce una ruptura que afectó a la religión, la historia, la literatura y también el arte. Tras su reinado todo volvió a la normalidad, pero con Amenofis IV hubo un brusco cambio en la producción artística egipcia.
Amenofis IV rompió con la tradición religiosa. Se alejó del politeísmo y eligió a Atón, el dios sol, como único dios. Cambió su nombre por Akenatón y es cuando se produce el cambio de estilo artístico. Trasladó la capital de Tebas a Aketatón, una nueva ciudad cercana a la actual Amarna, que fue construida en la ribera oriental del Nilo. Un espacio virgen de unos 13 kilómetros de norte a sur y unos 5 de ancho, y el llamado Camino Real.
En esta ciudad se encontraba el Palacio de la Ribera Norte, el Palacio Norte, y en el centro de la ciudad se encontraban el gran templo dedicado a Atón y un palacete que era la Casa del Rey. Al norte y al sur del centro se encontraban distintos grupos de casas de varios tamaños incluyendo varias villas y un poblado para los obreros de la ciudad y de las tumbas.
- Estatuas: poseen un fuerte realismo, libertad y expresividad y defienden un nuevo ideal de belleza en el que las formas se alargan y distorsionan anormalmente.
- Relieves: El faraón y el dios se representan a un mismo nivel y la divinidad solar domina las escenas desde su posición en el cielo.
- Pinturas: Vivas y coloridas escenas tomadas de la naturaleza, aunque también existen diferentes escenas regias.
Es un cambio estético e iconográfico. Tras la muerte del faraón, el arte de Amarna y todos los cambios introducidos fueron proscritos, la ciudad de Amarna abandonada y el culto politeísta retomado.