"1879, el año taurino en la prensa valenciana", fue el título del tema del día en la Tertulia Taurina que presentó D. Salvador Chapa Villalba, licenciado en Geografía e Historia y en Ciencias Políticas y Sociología; como no, D. Salvador es un buen aficionado a la tauromaquia, dicha afición le viene desde muy joven, como el mismo dice “cuando me sentí muy cerca el bufido de un toro corrido, en las fiestas de mi pueblo". Su relato, que desgranó durante la primera hora de tertulia el pasado día 1 de marzo, se incrementó con la segunda hora de dicha tertulia por las preguntas de los tertulianos asistentes, ya que no dejo indiferentes a ninguno de ellos y no quisieron dejar pasar la ocasión de hacerle al conferenciante varias preguntas, a las que respondió con la humildad que le caracteriza, pero con la claridad de una persona culta, preparada y con el tema bien estudiado.
Recordaremos una pequeña parte de su intervención:
Los periódicos "El Católico", "La Unión Católica" y "El Comercio". A los toros de una misma corrida, unos periódicos les llamaban novillos, otros becerros y otros toros, eso demuestra que, aunque se lidiaban con cuatro años no había un criterio definido como lo es hoy, pero alguno de ellos tomaba nueve y diez varas.
Los caballos para picar eran la pesadilla para los organizadores, ya que podían hacer falta para una sola corrida hasta diez de ellos, incluso quedarse sin equinos para acabar el tercio, solo en Valencia durante ese año se necesitaron 76 de ellos y en toda España 1041. Los espectadores que acudían a los festejos, ya se contaban por miles, en Valencia se contabilizaron 18.000 espectadores. Entonces, ya existían también los antitaurinos.
El llamado "tifus" funcionaba. La Hacienda pública se hacía notar en los festejos para que los organizadores pagaran impuestos.
Los toreros más destacados eran Lagartijo, Frascuelo y también Punteret; ellos eran las principales figuras de aquel casi final de siglo, al toreo cómico se le llamaba 'Mojigangas' “y las mujeres toreras ya tenían presencia en los ruedos, precisamente en Granada se realizó una corrida compuesta toda ella por mujeres; areneras, picadoras, banderilleras, ayudantas y toreras". Los precios oscilaban entre tres reales y una peseta. Una conferencia en la que se dieron cientos de detalles y fue una tertulia amena, curiosa y entretenida.