La quinta sesión de Filópolis. Seminario permanente de filosofía política estuvo dedicada a la Conferencia sobre ética de Ludwig Wittgenstein y fue presentada por el ponente Adolfo Llopis. La sesión se inició con una breve presentación de su vida. En Wittgenstein podemos encontrar una íntima conexión entre su vida y su pensamiento. La Conferencia sobre ética fue pronunciada en 1930 y es posterior al Tractatus Logico-Philosophicus. En esta conferencia se puede vislumbrar una evolución en su pensamiento, aunque esto sea así y aunque los académicos distingan entre dos Wittgenstein, el problema filosófico de fondo siempre es el mismo.
La pregunta a la que trata de responder Wittgenstein en esta conferencia es la pregunta por la ética; qué queremos decir cuando usamos los conceptos “bueno” y “malo”. Wittgenstein considera que, si presuponemos que la ética es algo, los términos “bueno” y “malo” deberán distinguirse de su uso absoluto o relativo. El error estriba en atender solo a las propias palabras y no su uso.
Las expresiones “bueno” y “malo” tienen un uso relativo o trivial y un uso absoluto o ético. ¿Qué queremos significar cuando decimos que un niño es bueno o que ese jugador ha hecho un buen partido? Estos hechos muestran un uso trivial del término “bueno”. Realmente no estamos diciendo nada. Dado que estas expresiones son hechos y los hechos no valen más unos que otros, el valor de los hechos debe estar fuera de los propios hechos.
Llopis también nos introdujo, al hilo de la ética y de los hechos, en la teoría de la lógica de Wittgenstein. La relación que presenta su teoría del lenguaje en el Tractatus con el uso relativo o trivial de “bueno” y “malo” es que el lenguaje da cuenta de los hechos y los hechos no son más que usos triviales de esas expresiones. Cuando tratamos de buscar el valor absoluto de “bueno” y “malo”, apunta Llopis, no decimos nada porque su valor está fuera del lenguaje, tan solo arremetemos contra los límites del lenguaje porque la ética es irrenunciable para el espíritu humano.
El intenso debate presentó una sala dividida en dos opiniones. Por un lado, el profesor Antonio Lastra planteó un interrogante que nos obligaba a repensar toda la historia de la filosofía: ¿por qué Wittgenstein ha gozado de tanto reconocimiento? ¿Por qué es tomado como uno de los gigantes de la filosofía del siglo XX junto con Heidegger? O dicho de otro modo, ¿qué idea nueva había aportado a la historia de la filosofía que no se hubiera dicho antes? Por otro lado, el ponente y algunos de los asistentes sostenían que Wittgenstein permitía pensar los problemas filosóficos desde unos límites lingüísticos. Ambas posturas podrían resumirse en esta: ¿fue Wittgenstein un filósofo?
Aquí tienes el audio íntegro de la conferencia de Adolfo LLopis