Ciclo Blasco Ibáñez
Vicente Blasco Ibáñez ha sido una de las personas más relevantes de la historia valenciana. Dividió su vida entre la política, el periodismo, la literatura y el amor a las mujeres, de las que era un admirador profundo, tanto de la belleza física como de las características psicológicas de éstas. Se definía como un hombre de acción, antes de como un literato. Escribía con inusitada rapidez. Era entusiasta de Miguel de Cervantes y de la historia y la literatura españolas.
Amaba la música tanto o más que la literatura. Wagner le apasionaba, su apoteósica música exaltaba su viva imaginación y soñaba con los dioses nórdicos y los héroes mitológicos como Sigfrido, nombre que más tarde pondría a uno de sus cuatro hijos. En su obra Entre naranjos, nos deleita con el simbolismo de las óperas del célebre compositor. En una reunión típica de la época, en que los jóvenes se reunían para hablar de música y literatura y recitaban poesías, conoce a la que sería su esposa y madre de sus hijos, María Blasco del Cacho.
Se casó con María Blasco en 1891. A pesar de tener el mismo apellido, no eran familia. Tuvieron cuatro hijos: Mario, Julio César (fallecido a los 24 años), Sigfrido y la única mujer Libertad. Su mujer falleció en 1925 en Valencia, mientras él residía exiliado en Menton. Se casó en segundas nupcias en 1925 con Elena Ortuzar, de nacionalidad chilena.
Conservó, a pesar de sus correrías por el mundo, una villa en la Playa de la Malvarrosa de Valencia, en donde debatía con los intelectuales y amigos de su época. Esta villa actualmente restaurada es la Casa-Museo Vicente Blasco Ibáñez.